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19/01/2023 | La desprescripción de medicamentos precisa de una revisión ´activa´ y siempre ´acompañada´ por el paciente
Manuel F. Bustelo. Madrid
Jue, 19/01/2023 - 16:42
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La labor de desprescripción de medicamentos es "compleja", pero sumamente "necesaria". Cuenta además con numerosos criterios que deben tenerse en cuenta y no siempre existen herramientas que ayuden en la toma de decisiones. Sin embargo, una cosa está clara: tiene que estar marcada por una revisión farmacológica "activa" y debe estar siempre "acompañada" por el paciente. Así se ha puesto de manifiesto este jueves durante la mesa redonda Desprescripción de medicamentos: paradigma del no hacer, enmarcada en la III Jornada Sedisa-SEFH, celebrada en la sede de la Fundación ONCE en Madrid.
En este foro, organizado por la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa) y la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), con la colaboración de Biogen, Lundbeck, Fundación ONCE e Ilunion, se han abordado diversas cuestiones de actualidad ligadas a los avances en gestión sanitaria y farmacéutica bajo el lema Juntos en la gestión del cambio.
La mesa de debate sobre desprescripción, moderada por Jesús Cañavate, director general de Planificación, Investigación, Farmacia y Atención al Ciudadano de la Consejería de Salud de Murcia, ha contado con la participación de Beatriz Montero, médica adjunta del Servicio de Geriatría y de la Comisión de Farmacia del Hospital Universitario Ramón y Cajal (Madrid) y miembro del Comité Asesor de Seguridad de Medicamentos de Uso Humano de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps); David García Marco, jefe del Servicio de Farmacia del Hospital Nacional de Parapléjicos (Toledo), y Candela Calle, directora general de la Fundació Sant Francesc d´Assís y miembro de la Junta Directiva de Sedisa. En ella se han debatido sobre los retos y dificultades que existen en torno a esta cuestión desde el punto de vista de distintos perfiles profesionales.
Siempre "pensando en el paciente que se tiene delante"
Según ha expuesto Montero, el profesional debe tener siempre presente que la desprescripción puede hacer mucho bien, pero también puede hacer mucho mal, por lo que siempre es necesario "pensar en el paciente que se tiene delante" y tomar decisiones basadas en la evidencia y teniendo en cuenta diversos factores: efectos adversos, riesgo de interacciones, terminalidad, tratamientos preventivos...
Ha expuesto también algo que ha sido compartido durante la sesión: la desprescripción precisa de una revisión farmacológica "activa" de la medicación y debe estar siempre "acompañada" por el paciente. Esto lleva implícito un seguimiento y una monitorización de todos los ajustes terapéuticos que se hagan. También ha defendido que es necesario potenciar la formación en este ámbito e impulsar la cooperación interprofesional entre médicos y farmacéuticos con la implicación directa de los gestores y de los propios pacientes.
Por su parte, García Marco no ha ocultado que los criterios para desprescribir un fármaco son diversos, algo que complica dicha labor y que además depende notablemente del tipo de paciente. Por ello, ha defendido que la deprescripción debe ir acompañada de nuevas tecnologías (herramientas digitales y algoritmos) que ayuden a obtener información y valores clínicos del paciente que permitan optimizar la toma de decisiones a la hora de desescalar, suspender o cambiar un determinado tratamiento.
Ante esto, ha afirmado que la forma más "eficiente" de llevar a cabo la desprescripción de fármacos es "por medio de sistemas inteligentes que valoren todos los tratamientos en conjunto"; si bien también deben tenerse en cuenta aquellos casos en los que es necesario realizarla analizando cada medicamento.
Calle, durante su intervención, también ha ahondado en que la desprescripción debe basarse siempre en la evidencia científica y en que es necesario generar políticas sanitarias que giren en torno al medicamento. Ha secundado que es clave impulsar la apuesta por las TIC en este ámbito y ha destacado que todas las estrategias que se realicen para optimizar las desprescripciones deben cimentarse sobre una buena base que incluya una gestión adecuada, la corresponsabilización de los profesionales sanitarios, el empoderamiento del paciente y la apuesta por la innovación y la equidad.
Avance conjunto
Durante la inauguración de la jornada, José Soto, presidente de Sedisa, ha puesto sobre la mesa que los asuntos planteados en este foro "son de una importancia capital" y vienen a defender lo recogido en el lema del evento: que todos los actores implicados en la atención sanitaria avancen juntos. Dicho avance, a su juicio, debe venir marcado por impulsar programas de valor que se traduzcan en mejores resultados en salud sin incrementar costes (incluso, si es posible, reduciéndolos).
Olga Delgado, presidente de la SEFH, que junto a Soto ha inaugurado el acto, también se ha referido a cómo jornadas como esta "unen mucho" a profesionales sanitarios y gerentes, y ayudan a progresar de la mano. Ha señalado además que contribuyen a posicionar la Farmacia Hospitalaria como un servicio integrado y transversal dentro de los hospitales, que además de en lo asistencial, está implicado en los proyectos ligados a innovación. Además, ha señalado cuáles son las claves para cooperar en busca de cambios en los proyectos y modelos de gestión que se traduzcan en esos deseados resultados en salud: incorporar e implicar directamente a los profesionales en los procesos y medir la generación de valor en función de lo que perciben los pacientes.
La importancia de los datos
La conferencia inaugural de la jornada la ha impartido Joan Guanyabens, consultant Health IT & Innovation. Bajo el título Nuestros datos personales, un instrumento vital para la salud, ha defendido que sin datos y sin tecnología no hay mejoras posibles, y lo ha enfatizado con un mensaje claro: "Lo que no se puede medir no se puede mejorar, y para ello necesitamos datos".
La ponencia de Guanyabens ha girado en torno a cómo los datos sanitarios constituyen la piedra angular para seguir progresando en atención y servicios que aporten beneficios sanitarios, calidad y seguridad; siempre teniendo en cuenta las "barreras" existentes y sabiendo conjugar la privacidad, protección y confidencialidad con el acceso y la disponibilidad a los datos personales de salud del paciente.
A su juicio, este es la gran "disyuntiva" en la que hay que trabajar, sabiendo que "estamos ante una aceleración tecnológica imparable" y que dicha tecnología es la herramienta que nos permitirá -ya lo está haciendo- obtener los datos, trabajarlos y convertirlos en resultados en salud. A esto se suma que dicha tecnología hace posible obtener información "en tiempo real" y analizarla rápidamente a través de algoritmos e inteligencia artificial.
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Por ello, considera clave que se siga avanzando en cómo aunar el binomio protección de datos/uso de los mismos para lograr avances en salud, teniendo siempre clara la premisa de que "la información es del paciente". Este avance que se debe llevar a cabo, según ha expuesto. debe ir orientado hacia una medicina personalizada que esté marcada distintos factores: precisión, proactividad, prevención, predicción...
Para mostrar cuán importante es avanzar en este sentido, ha lanzado una frase referente a la pandemia del SARS-CoV-2 que ayuda a visualizarlo: "Si todos los datos de los pacientes con covid hubieran estado integrados y disponibles, cuantas vidas y tiempo se habrían salvado".